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Litrama en AM Gallery



AM Gallery reúne obra de Litrama en torno a la línea, la trama y la mancha

El grupo Litrama lo componen tres jóvenes artistas como son Ignacio Subirats, Ignacio Pesquera y Francisco Iglesias · En la inauguración de la muestra, los tres artistas no dudaron en ponerse a pintar

Hace unos días, la Galería de Arte Contemporáneo de Ana Mercader en Roquetas de Mar (AM Gallery) acogió la inauguración de una nueva exposición. Esta vez no solo se presentaba una nueva muestra de pintura moderna, sino que se iba a ver como una de las obras expuestas era finalizada durante la velada. El artista eran tres. El artista eran tres amigos, tres creadores, que trabajan "al alimón", cada uno es un elemento, una idea, una palabra, y los tres conforman un artista común, Litrama.

La línea es Ignacio Subirats Morate, de 22 años, creador gráfico-artístico y digital que desde hace dos años, además, ilustra libros de texto. La trama es Ignacio Pesquera López de 23 años, que además es creador y diseñador, dibujante de tiras cómicas. Y Francisco Iglesias Periáñez es la mancha, es ilustrador gráfico y ha diseñado alguna escenografía con solo 23 años. Los tres estudiaron juntos en la Escuela de Dibujo Profesional ESDIP y juntos están preparando un corto de animación de producción propia.

Pero estos tres componentes trabajan juntos, no suman el trabajo de uno al del otro, ni aportan cada uno lo suyo solamente, trabajan juntos. A partir de una idea desarrollan una imagen, la comentan, realizan algunos bocetos sobre los que dialogan y aportan ideas, no discuten ni fuerzan situaciones, crean, en el más amplio sentido de la palabra. Una vez perfilada la idea, que no definida, comienzan a trabajar. Juntos, hablando, comentando, consultando, inmersos en la obra física e intelectualmente, cuentan como lo que al principio fue una imagen clara, puede cambiar a lo largo del proceso según la ven nacer y crecer.

Comenzaron a trabajar sobre una obra empezada con anterioridad. Con tres colores, dorado, negro y plata. Cambiaron la figura, su expresividad, su intención, su entorno. Cada uno empezó en una esquina, a trabajar una zona determinada, consultándose entre ellos posibles cambios, ideas que les surgían a uno o a otro. Cambiaban de zona, de color, sin dejar de hablar, de compartir el proceso creador, riendo, observando unos y otros el trabajo global del equipo, ofreciendo sus opiniones sobre las aportaciones de los otros sin crear por ello malestar.

Estuvieron más de una hora. Habían dicho como lo hacían, pero verlo transmitía un interés especial. El público no dejaba de observarles, sin molestar al principio, pero atreviéndose poco a poco, y acercándose para ver, intrigados. Finalmente decidieron que la obra estaba terminada, aún retocaron algo, comentaban cosas, reían.

Sus obras, claro, son de gran tamaño. Son ilustraciones clásicas de códices y leyendas llevadas a dimensiones gigantescas, recuerdan los trabajos de Burne Jones sobre las crónicas artúricas, el Prerrafaelismo, el Simbolismo, el Art Decó, a Klimt. Son manchas, líneas y tramas formando un universo onírico con los iconos de nuestra juventud, recordándonos la tradición clásica de los narradores de aventuras en dibujos, de los ilustradores de poemas prohibidos. Pregunté lo que leen, mitología, si.

El público disfrutó, con los jóvenes creadores y sus obras, con su compañía y su trabajo. El entorno fue amable, lo hicieron amable. La obra, con sus dimensiones enormes, sus líneas sinuosas, los brillos dorados y plateados sobre fondos blancos y negros, enmarcó una comunicación entre artista y espectador, de la que todos fueron testigos sensibles.

Carmen Rubio, crítica de Arte , comenta sobre la exposición, "Litrama recurre a la tradición más clásica del Arte, tanto en tema como en proceso. Los grandes mitos como excusa para cumplir un objetivo, en este caso el proceso, con la modernidad del cambio de proporción, ilustrando en gran formato lo que siempre ha correspondido a las miniaturas de libros y códices."
www.elalmeria.es

Entrevista en el Diario HOY de Extremadura

«Cacereño de nacimiento, extraterrestre de corazón». Así se define el joven ilustrador Francisco Iglesias, estudiante de la Escuela Superior de Dibujo profesional de Madrid y amante de un arte sin muchas oportunidades en España y aún menos en Extremadura.

-¿Qué le enseñan en su escuela?

-No se trata sólo de aprender a pintar, sino que nos enseñan a contar historias visuales, como storyboard para anuncios y películas, el diseño de los escenarios y lo que es el mundo de la producción en todos los sentidos.

-¿Prima lo artístico sobre la producción?

-Nos enseñan a verlo más como un trabajo que como un arte. El artista vende lo que pinta, el dibujante pinta lo que vende. Yo no voy a trabajar en una galería, a lo que aspiro es a formar parte de un equipo creativo donde impera lo visual, pero lo artístico va de la mano.

-¿Qué trabajos ha realizado hasta ahora?

-He diseñado fondos para un corto de animación en acrílico y óleo que aún no están terminados, diseños de personajes para empresas privadas y otros trabajos esporádicos.

-¿Cómo ve el panorama de la ilustración?

-En España el cómic y el dibujo están vistos todavía como algo muy infantil, cuando es un medio de comunicación tan bueno como el cine o la televisión y con la misma calidad de futuro que estos dos medios.

-¿Y en Cáceres?

-Aquí sólo tenemos a Pedro Camello, el rey del cómic cacereño, una persona que conozco y que me ha enseñado a ver que se puede vivir de esto.